Ya estamos a nada de despedir el último mes del año DICIEMBRE, con ello preparamos las Navidades y todo lo que ello conllevan, el estrés de la preparación de los menús, la selección de regalos de los temidos amigos invisibles e inevitablemente la incertidumbre de quienes, como y cuando nos podremos reunir, gracias a esta «nueva normalidad» y a la nueva variante de la COVID 19, que ahora nos persigue. También es tiempo de reflexión y de evaluaciones personales, en las que básicamente hacemos un balance de lo vivido y lo aprendido. Lo anterior muchas veces nos puede llevar a recordar acontecimientos como faltas de familiares cercanos o pérdidas de alguno de ellos, así que, si algo puede ayudar a todos aquell@s que por circunstancias de la vida ODIAMOS LA NAVIDAD, les comparto una frase que le encantaba a mi abuela Ramona, que decía al inicio de mes: ¨Hij@s ya se siente la Navidad¨.
Sin duda, durante mi infancia y adolescencia me parecía una chorrada, probablemente porque no la entendía. La explicación mas didáctica que me pudo ofrecer fue, que este periodo de fiestas, para ella, el más importante. Empezamos con el (OÍDO), esa música navideña, que nos embriaga en muchos de los comercios o calles de nuestro pueblo o ciudad, así como del jaleo extraordinario, que genera el aumento de la familia con la que se comparten estos días. Esas melodías y barullo en el ambiente, nos hacen abrir los ojos (VISTA) para disfrutar durante esos paseos o actividades cotidianas de las decoraciones ofrecidas, tanto en las calles, como en nuestros hogares. Se huelen (OLFATO) fragancias tan particulares como: las lumbres de las matanzas, esos hornos de las casas con manjares dignos del cariño de nuestras madres o abuelas con las que nos suelen o solían agasajar. Esos olores nos invitan a catar (GUSTO) esas comilonas en compañía de nuestro círculo más cercano, los bombones, turrones y dulces y/o frutas típicas de estos días. Por último, pero no menos importante, llegamos al tan ansiado apapacho (muestra afectiva de cariño) (TACTO), en donde al calor de la llegada o recepción del punto de reunión esos besos y largos abrazos hacen que cobre sentido la Navidad.
Gracias a esa explicación tan didáctica llena de paciencia y cariño comprendí, que, estas fiestas se viven y disfrutan en compañía de TODOS nuestros seres queridos, los que se nos adelantan en el camino(+) viven hasta que dejamos de recordarlos, así que en homenaje a ellos y a los lazos de amor, armonía y unión familiar FELIZ NAVIDAD y que el año venidero se nos presente con renovadas energías y salud para abrazar y disfrutar las nuevas experiencias, retos y logros.
